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La sangre del Chivo

La sangre del chivo

Como granitos enloquecidos y furiosos, saltaban en todas las
direcciones los casquillos
de balas que iban en busca
del chivo.
La intriga y la agonía bailaban
sin mirarse los rostros.

Se escuchaban voces y gritos: cayó el chivo, murió el
guaraguao, ya no come más
pollos.
Los combatientes no lloraban ni reían, pero apretaban con
toda sus fuerzas las armas humedecidas en sus manos.

El campo de batalla estaba iluminado de luciérnagas
ciegas que buscaban
libertad.
El chivo murió, siete impactos
de balas penetraron su
cuerpo hasta cegarle la vida
ese 30 de Mayo del 1961.
Murió chapita decían sus allegados.
Otros casi sin sonidos
gritaban: mataron al jefe.
… y vino luego la persecución, algunos de nuestros héroes
cayeron abatidos, pero
abrigados de honor.
Oh ! La injusticia seguía viviendo.
Las palomas blancas volaban
entristecidas con el mensaje de
luto en su pico, no por la muerte
del chivo, sino por la pérdida de
nuestros patriotas.

Treinta años de sufrimientos, martirios, robos, mentiras,
acosos y muertes sin
piedad.
Una nación sin justicia, golpeada
y manejada al antojo del traidor.
Murió el chivo y nació la libertad.
Se despertaron los que dormían,
nació la palabra y se escuchaban
las voces que corrían entre las brisas.
Cesaron los ajusticiamientos y las
violaciones de Virgenes también.
Nunca podremos olvidar los rostros de Patria, Minerva y Maria
Teresa, símbolos de la libertad
y el heroísmo mundial, que un día por antojo ordenó matar el chivo.

Que viva siempre la Patria ardiente de Duarte, Sánchez y Mella !

Que la sangre del chivo sea motivos para hacer flotar la
bandera dominicana
confeccionada con esmero
por Concepcion Bona, María Trinidad Sánchez, entre otras
heroínas de nuestra tierra
fecunda.
Que se escuche fuerte el sonido libertador de Ramón Matías
Mella,
por todos los costados
de las cordilleras de nuestro
suelo.

Festejo este día con el símbolo
nuestro que nos identifica como dominicanos y pronuncio una y otra vez las sabias y dulces
palabras que adornan
su centro: Dios, Patria y Libertad.

Herman Pilier Báez
D/A.
República Dominicana

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