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Más que preocupación por comentarios críticos, hay que evitarlos

Más que preocupación por comentarios críticos, hay que evitarlos

Teófilo Quico Tabar

Comentaristas, articulistas e incluso religiosos, en ocasiones se refieren públicamente a actuaciones de algunos políticos o a ciertas conductas y decisiones del área pública, utilizando expresiones críticas muy duras. Sin embargo, según algunos reconocidos pensadores, hay que tener en cuenta que muchas veces la dureza de éstas va en concordancia con el deseo de que las cosas mejoren y de que se proyecten positivamente tanto en lo personal como para beneficio colectivo.

Según ellos, porque independientemente de determinadas intenciones no confesables de algún sector, parte de los señalamientos, en el fondo, expresan deseos de que las actuaciones de los que tienen que ver con el quehacer de la vida política y pública, sean cada vez más diáfanos y coherentes. Apegadas a las normas éticas y morales que deben regir las conductas de todos los ciudadanos – en especial de sus dirigentes- Pero, además, enmarcadas dentro del respeto a las disciplinas de cada institución como del respeto en general.

Con razón, algunas personas pudieran entender que parte de las voces críticas van más allá de lo debido y que invaden terrenos que no les son propios; pero frente a esta idea se señala, que nadie posee una patente exclusiva para distribuir ideas y para orientar al país. Que es un derecho colectivo.

Los hombres públicos están en el deber de actuar según las leyes y teniendo presentes que sus actuaciones deben estar enmarcadas dentro del respeto que se merecen los pueblos, con quienes han contraído responsabilidades. Y por su parte, los funcionarios públicos tienen el deber de cumplir con sus obligaciones.

Ni políticos ni funcionarios deberían actuar pensando que el país está repartido en parcelas de las que cada quién es propietario absoluto. Como tampoco pueden pensar que el pueblo siempre actuará conforme a los mismos patrones de conducta. Pues la historia ha demostrado que los pueblos cambian y se mueven según las circunstancias y sus conveniencias. He dicho y repito, que los pueblos muchas veces son más inteligentes que los mismos dirigentes. Porque saben dar y quitar, apoyar y negar. Interpretan las cosas con sabiduría natural. La que Dios les ha regalado para protegerse.

Más que preocupación por las calificaciones que algunos profesionales, comentaristas o religiosos puedan emplear para definir la actuación de algunos políticos o funcionarios, debe llamar a preocupación, las posibles causas que motivan esos señalamientos públicos y enmendarlos. Porque para algunos sectores, por la vía de los señalamientos públicos se logran más rápido las correcciones.

He repetidos muchas veces, que la acción política así como la gestión pública, no son veladas artísticas privadas. Que se tratan de actuaciones en las que todos los ciudadanos tienen pleno derecho a participar, sin pagar entrada y sin ningún tipo de restricción. Tal vez, sin exagerar, representan las más importantes obras teatrales que puedan realizarse en la tierra, en la que participan más espectadores sin importar credo religioso, raza o edad.

Y aquí, quiérase o no, el país está en campaña. Con un presidente que no será candidato. Por lo tanto, la recomendación es, cuidarse. De forma individual y a quienes representan. Propiciar actuaciones políticas, públicas y privadas transparentes, ética y moralmente. Cuidar a sus partidos y proteger a sus candidatos. Así se fortalece la institucionalidad democrática. tabasa1@hotmail.com

 

 

 

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