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Juan Luis Guerra emocionante en Madrid.

Con todas las entradas agotadas, Madrid ha sido la segunda parada de su gira por España, después de haber comenzado en Málaga. Valencia y A Coruña completan la sección española de su gira europea ‘Entre Mar y Palmeras’, titulada así en honor a su último disco.

El artista tiene una conexión especial con España, país que ha visitado en numerosas ocasiones desde que conquistó al público y lideró las listas de éxitos en las décadas de los 80 y 90, una fama que ha perdurado a lo largo del tiempo y sigue intacta cuatro décadas después.

A sus 67 años, Juan Luis Guerra, ataviado con su inconfundible gorra, pañuelo y chaqueta, y su banda siguen en plena forma. El concierto comenzó a pocos minutos de las 21.30 horas, tras la actuación de MarteOvenuS, mientras el público coreaba la remontada de España frente a Francia en las semifinales de la Eurocopa.

«¡Buenas noches Madrid! Gracias por el cariño de siempre y que disfruten entre mar y palmeras», exclamó el cantante al inicio de la noche. Al igual que en Málaga, ‘Rosalía’ fue la canción elegida para dar el pistoletazo de salida de este concierto, parte de una gira que comenzó en 2023 y que ya ha pasado por países como Puerto Rico, Perú, Colombia y Chile, además de ciudades europeas como Ámsterdam, Berlín y París.

El escenario, repleto de luz y color, contaba con dos pantallas a ambos lados que capturaban todo lo que ocurría entre una decena de músicos y un cámara que parecía uno más del grupo. Guiños constantes al público, a quienes también enfocaban, y un ambiente festivo donde los temas se intercalaban con fondos visuales que emulaban videoclips llenos de palmeras y colores vivos, mantenían la energía en lo más alto.

El cantautor estuvo acompañado por su inseparable banda de músicos, los 4.40, un grupo que revolucionó la música latina hace más de 30 años. Maridalia Hernández, Mariela Mercado, Roger Zayas-Bazán y el propio Juan Luis Guerra han marcado una época con su sonido inconfundible. Los tres primeros también tuvieron su protagonismo en el concierto, interpretando un par de canciones que fueron entonadas con fervor por los asistentes.

El concierto comenzó con temas como ‘Como tú no hay ninguna’, ‘La llave de mi corazón’, ‘Vale la pena’, ‘Dj Bachata’ y ‘Noviecita’, que dieron paso a un medley de salsas, merengues y bachatas. No faltaron clásicos como ‘El Niágara en Bicicleta’, ‘Para ti’, ‘Frío Frío’, ‘Estrellitas y duendes’ y ‘Burbujas de amor’, un éxito rotundo en Europa y América Latina en 1990.

El repaso por su vasto catálogo de éxitos, que le han convertido en una referencia internacional con más de 30 millones de discos vendidos y numerosos premios, incluyendo 29 Grammy Latinos, fue uno de los momentos álgidos de la noche.

Álbumes como ‘Bachata Rosa’, ‘Ojalá Que Llueva Café’ y ‘La Llave De Mi Corazón’ cambiaron por completo el escenario de la música latina, llevando géneros como el merengue y la bachata a un público global, completamente renovados, sin olvidar otros géneros como la salsa. Con un cambio de chaqueta por un chaleco, canciones como ‘Buscando visa para un sueño’, ‘Mambo 23’ y ‘El coste de la vida’ marcaron otro momento culminante de la noche.

La clasificación de España para la final de la Eurocopa fue celebrada con entusiasmo, con el público coreando ‘oe oe oe oe’, y Juan Luis Guerra y su banda desplegando una bandera de España sobre el escenario, celebrando la victoria sobre Francia por dos goles a uno.

El frenesí de la noche no tenía fin y el dominicano hizo enloquecer al público con ‘Ojalá que llueva café en el campo’, ‘Farolito’ y ‘Voy a pedir su mano’, en medio de una lluvia de confetis de colores. A medida que el concierto llegaba a su recta final, el público pedía más, y Juan Luis Guerra, enfundado en una cazadora vaquera con la inscripción ‘Bachata rosa’ y un pañuelo al cuello del mismo color, agradeció y saludó a todos sus compatriotas y a los españoles, venezolanos, peruanos, mexicanos, argentinos y cubanos presentes, antes de interpretar ‘Bachata rosa’.

Sólo quedaba un último deseo por cumplir, y cuando el público coreaba ‘La bilirrubina’, sonaron los acordes de otro de sus mayores éxitos. Familias, parejas y amigos, tanto mayores como jóvenes, cantaban y bailaban la última canción de una noche inolvidable. Al abandonar el recinto, los gritos de ‘Campeones, Campeones’ seguían resonando.

No hay duda de que esta será una noche que todos guardarán en la memoria como un momento mágico y especial, un testimonio del legado perdurable de Juan Luis Guerra en la música y su profunda conexión con su audiencia

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