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Ojala lleguen pronto las brisas de Navidad 

Ojala lleguen pronto las brisas de Navidad

Teófilo Quico Tabar

Al igual que muchas personas, pienso que el país necesita que comiencen a sentirse las brisitas de Navidad y a escucharse los cánticos navideños. La brisa fresca que hacen cambiar los ánimos y la música que anuncia la época de alegría, de amor y paz ante la proximidad del advenimiento del Niño Jesús. Tiempo hermoso: cuando todos nos deseamos felicidad.

Dirigentes políticos de todos los sectores, militantes y funcionarios, ya con los motores encendidos por una campaña adelantada, junto a las consecuencias propias de la lucha por el poder, pueden contribuir a que los ánimos de los dominicanos se contagien dentro de ese fervor. Provocando de esa manera, que hierva la sangre de unos y contribuyendo a proyectar en otros, situaciones que no necesariamente son como parecen.

Se, que para quienes piensan que en política se hace lo que conviene; que la oposición es para atacar y que el gobierno está para complacer, ese clima podría tener sentido. Pero para mí y gracias a Dios para muchos, esa forma de pensar representa un grave error.

Esa forma de pensamiento mueve a profundizar sobre la difícil tarea de gobernar. No lo era antes cuando todavía estaban vivos los principios ideológicos y no existían tantos medios sofisticados de comunicación, ni mucho menos hoy, cuando se ha impuesto lo mío primero y el pragmatismo. Y esto lo reafirmo, porque Dios me ha dado la oportunidad de compartir momentos importantes con líderes y presidentes, y conocer, en cierto modo, parte del intríngulis que han tenido que manejar.

En momentos de decisión, la vida me llevó a estar cerca de Bosch, Peña Gómez y Jacobo Majlulta. Igualmente con los expresidentes: Antonio Guzmán, Salvador Jorge Blanco, Joaquín Balaguer e Hipólito Mejía. En la mayoría de los casos, en momentos donde se producían desavenencia de opiniones y decisiones. Con testigos pertenecientes a una generación que se agota, pero que aún viven. Y Aunque no participé en los gobiernos de Leonel Fernández, hubo más de una oportunidad en que tratamos temas de interés nacional. Con Danilo Medina, solo nos saludamos en algún acto protocolar. Con el presidente Luis Abinader no ha habido lugar a divergencias personales, aunque ha sido evidente que he tenido puntos de vista encontrados frente a algunos funcionarios.

Quiero resaltar, que para juzgar a un presidente hay que tomar en cuenta demasiados factores. Entre ellos, la idea popular de que un presidente lo puede todo; que se deben a sus partidos y de que tienen que complacer a su gente. Pero nadie quiere recordar, que los presidentes gobiernan o deben gobernar para todos; que las circunstancias que prevalecían ayer, no necesariamente son las de hoy; que hay gente necesaria pero no indispensable; que no es verdad que un presidente gana porque alguien específico le dio apoyo, sino que se debió a un conjunto de factores.

Mucha gente olvida también, que los presidentes son humanos. Que tienen sentimientos. Que necesitan descanso espiritual. En tal sentido, ojalá que pronto lleguen las brisitas y los cánticos navideños. Para que los políticos opositores y del gobierno y especialmente el presidente, inspirados por el espíritu del Niño Jesús, tengan un necesario respiro en sus agotadoras tareas. Una justa y necesaria reflexión renovadora, porque queda mucho terreno por delante. Que Dios los guie. tabasa1@hotmail.com

 

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